miércoles, 16 de noviembre de 2011

sudoroso de nada

¡con qué tristeza corre el agua por las hojas!
¡con qué labor las hormigas hacen sus caminos
y se pierden en la espesura de un jardín lleno de hierbas
y flores silvestres!

del poema que me nace
hay un gemelo maligno esperando
un no-poema guardado entre flores
y perros sedientos
que me beben cual vino
o arroyo

¡con qué ternura cantan las aves
con qué dolor se aleja la primavera!
los árboles cantan en suspiros de viento
la llegada de la sequía y amargura

mi corazón en una hoja
en un canto solemne a la luz de una luna pálida
e inmóvil
cuerdas que rozan el absurdo
provocando una catarsis efímera y dulce

¡con qué angustiosa necesidad
las palomas vuelan lejos del nido que las contuvo!
su llanto invade las noches
como silenciosos fantasmas alborotan el polvo
y se esconden entre los limoneros

y bajo una marchita noche de verano
escucho mis voces
las mujeres que viven en mi
y me llaman
me nombran
me devoran y esparcen mi sangre
cual alfombra sobre las piedras
gritan apasionadas
piden que escriba
-que las dibuje suaves
sobre la tibieza de otro cuerpo solitario-

luego callan
y su respiración se convierte en la mía

2 comentarios:

João A. Quadrado dijo...

[calma e subtil, a palavra que respira,

ecos]

um abraço,

LB

diana moreno dijo...

estupendo