viernes, 18 de enero de 2013

en el umbral de la tierra

en el umbral de la tierra
respiro
el aire seco del día
    mi soledad inmensa        acurrucada
al borde del abismo
   - si el viento sopla, caerá
     si el cielo llora, caerá
     si me alejo, caeré con ella -

vibro
mi cuerpo enfermo acude al abismo
        no puede
         cansado inútil harto de sí
parezco una hoja de otoño en la rama podrida
el horror se hace grito que nace
de la boca negra sale humo
       - emana sangre sudor dientes -

de la noche y el ruido florece el espanto
del viento y el abismo florece la ausencia
ese veneno blanco que brota del alma o de los cayos
y corroe los ojos y el sexo y el hambre y los pies

vibro
mi cuerpo abandonado acude al abismo

quizá sea infinito
o me espere una manta de hierbas y musgos
o corales
 quizá no haya dolor
         ni fracaso

2 comentarios:

Balagar dijo...

En el umbral de la tierra solo hay descanso; y una energía que ansía nutrirse de raíces. He sentido tu desolación como mía. Abrazos.

Funámbulus dijo...

Tus versos claman al cielo para que jardines celestiales
echen raíces en la carne de los hombres,
En la vida de los hombres.
En la casa de los hombres.