sábado, 9 de enero de 2010

necesito escribir

quizá alguien logró controlar mis demonios
quizá mis muertos sólo habían cerrado los ojos
quizá mi furia no era de tinieblas
sino de silencios




y tengo miedo de decir algo mal
pero siento más terror por el silencio
por dejar que se me consuma la voz
por dejar de ser yo misma en estas letras







allá afuera de mi boca no soy más que una caricatura de la sociedad
siempre corriendo con los pies atados a recuerdos
siempre hablando con una aguja clavada en la garganta

a quién debo perseguir ahora
de cuál sueño me obligarán a escapar de nuevo
-tengo miedo de que mis manos se duerman
y no sean capaces de rozar la lluvia fría de agosto
-tengo miedo de perder los ojos en algún espejo
y ser incapaz de mirar más allá de la línea de ese mar oscuro y frágil
que algunos llaman noche u oscuridad
-tengo miedo de perder el alma
en un remolino de odio y espanto-

debajo de mi piel suena una música roja y triste
en mis pulmones no hay aire
sino olvidos
en mi corazón no corre sangre ni agua
sino ilusiones y desgarros
mis dedos no sostienen otra mano
sino otra historia
....pero acá adentro soy yo
-absurda, pálida como la primera luz del día
sincera y rota-

aún así espero a quien corte la cinta empañada en silencio
que rodea mis piernas y mi boca
aún duermo abrazando una esperanza confusa
ajena

1 comentario:

Lola dijo...

Si traigo una tijera...¿servirá?

Quizás seamos dos las enmudecidas por el espanto. Quizás el mirarnos de frente con las pupilas bien abiertas nos arranque un grito de miedo. Y eso, ante el silencio, ya es un arma para empezar a combatirlo.