será la tristeza y no la furia la que derrame su boca
será el silencio el que se escurra por el piso y no su sangre
serán sus pecados los que callen
y no sus manos la que abran la noche
y dejen entrar una luna marchita y triste
del otro lado de la ausencia blanca
alguien espera
-la espera
con el corazón hecho una uva roja
y la sangre un torrente de sueños cálidos-
aún tengo una jaula abierta y vacía
esperando que alguna gloria se esconda y brille
aún tengo el corazón lleno de cielos y promesas
aún tengo mi voz ahogada en violines roncos
y mis uñas clavadas en la infancia dulce
1 comentario:
¿Cada vez que retorno a estos parajes, los cielos son diferentes, las lunas se dibujan en otras formas y las lágrimas tal vez menos húmedas?
El punto es: vuelvo aquí y viajo por curvas intensas y emotivas que no me dan algunas "rectas" en otros espacios.
Viajando... Manco Cretino
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