Remendando

Remodelando un viejo sueño partido en trozos
coses cada uno de sus pedazos rotos
uniéndolos con el hilo de tu respiración
intentando volver a armar aquella tonta esperanza.

A cada puntada una gota de sangre cae de tus dedos
manchando la vivacidad de tu ausencia
humedeciendo débilmente la luz de tu rostro
que poco a poco se va evaporando.

La aguja perfora una y otra vez
la soledad de tu espera dormida
remodelando su forma cóncava y cerrada
para abrir diminutos orificios donde el aire se cuela.

Donde también se cuelan las luciérnagas de la mañana
iluminando suavemente tu agonía
incitándote a tratar de tomarlas entre tus manos
para apreciar el dulce zumbido de sus alas.

Compactándose con el temblor de tu nuca
las ondulaciones de aquel mar imaginario
se desplazan lentamente hacia la playa
de tus emociones innecesariamente vacías.

Un haz de sol quizá entre por la ventana
cuando te dispongas a correr las cortinas
a menos que lo hagas durante la noche
y la pureza de la luna te guarde en su reinado.

Enhebrando por enésima vez la espina de plata
recordarás las rosas que en tu gracia florecieron
como una decoración más de ese jardín escondido
entre las malezas de tu memoria remendada.