martes, 18 de septiembre de 2012

regreso

encontrar una sombra
                            una luz
algo que devore los placeres del día
y nos entregue al terror
a la sangre desbordada
a la muñeca sin ojos
               que se hace llamar noche


  ábrelas 
suelta al pequeño pájaro de tus manos

    sólo hay dos destinos 
    escuchar su aleteo suave 
    o el estrellar de sus huesos

5 comentarios:

raúl dijo...

un crash emocional, orgásmico, pero mortal. quizás un aleteo templado. mejor.

EMILIANO dijo...

!!

Unknown dijo...

Agostina,
un poema que busca aletear en la orilla del párpado:
ave o palabra?

me gusta tu lugar,,,

me quedo y espero tu visita
Hasta siempre amiga.

Dylan Forrester dijo...

Logrado poema, solo me queda aletear de gozo entre tus versos.

Besos ;-)

Serpiente de aura dijo...

Prodigiosa