lunes, 1 de julio de 2013

hordas de árboles hambrientos

escribirme en el vientre
cada herida
cada hueso amargo que cruje
y tiembla en las noches húmedas
recorrerme la lengua con los dedos
hasta dejarme sin palabras
arrancarme las rodillas
 - toscas redondas blancas
   como el corazón de los perros -
hasta caminar arrastrándome

 las uñas no sirven
 para abrirme el pecho
y sacar costilla a costilla
el rumor de la sangre y el humo
deberé abrirme el cráneo o una falange
para arrancarme los cadáveres del sueño
o alimentar las hordas de árboles hambrientos
de mi útero

 he de extiparme el dolor y el abismo
llenarme de flores o pájaros
mientras ojos-furia me devoran
me abren
me hacen nueva en otra
o en nada

 he de coser con tinta
 el surco que recorre mi ausencia

2 comentarios:

Serpiente de aura dijo...

No dejas de sorprenderme, cada poema es mejor que el anterior. Amé tu imagen de Poe y todo lo nuevo, me dejó con ganas de leer más, esperaré tu próximo poema.

Darío dijo...

Te estoy descubriendo, muy bello todo. Saludos.